Cuando tenemos en mente cambiar de empleo, por lo general, tendemos a esgrimir razones para no hacerlo. El motivo de esto, yace en el hecho de que las razones calman en alguna medida la ansiedad que nos produce la posibilidad de encontrar el empleo. Es importante evitar que la ansiedad se vuelva un obstáculo paralizante. En este sentido, es recomendable separar la ambición de la ansiedad. Desear y pensar en algo (para luego pasar a la acción) reforzará la visión que se tiene al respecto y hará más manejable la ansiedad.
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